Medir equívocamente hace que reflexionemos de la misma manera

No es muy difícil entender que no podemos crecer indefinidamente en un planeta que es limitado.

Tal vez algunos ejemplos concretos ayuden a comprender la gravedad de este asunto. El 24 de marzo de 1989, el navío petrolero Exxon Valdez derramó su carga y causó daños inmensos en una importante área del litoral de Alaska. Para intentar limpiar las costas fue necesario contratar numerosas empresas, lo que hizo crecer en gran medida el PBI de la región. Entonces: ¿es posible que la destrucción ambiental haga aumentar el PBI? Sí lo es, ya que este mide simplemente el volumen de actividades económicas, y no si estas son útiles o nocivas.
Podemos analizar también el área de la salud, tema central de debates. Sabemos que la medicina preventiva es mejor en términos de costo-beneficio que la medicina curativa-hospitalaria. Sin embargo, ¿también es más productiva en términos económicos para un país que utiliza el PBI como indicador de desarrollo económico? Canadá, país centrado en la salud pública y preventiva, gasta 3 mil dólares por persona en salud y está entre los primeros países del mundo en este campo. Por otro lado, Estados Unidos, con salud curativa y predominantemente privada, gasta 6.500 y está lejos en términos de resultados. Pero este último puede ostentar realizar un gran esfuerzo, representado en el 16% del PBI gastado en este campo. Podríamos decir que en este ámbito, cuanto más ineficientes los medios, mayor será la participación en el PBI.
Una situación también llamativa y sumamente preocupante es el hecho de que el PBI no tome en cuenta la reducción en el stock de bienes naturales del planeta, sobre todo de aquellos que no son renovables. Cuando un país explota el petróleo que tiene en su territorio, es entendido como ganancia económica. Sin embargo, ¿en algún lugar de la cuenta aparece el pasivo, la parte negativa de esta cuenta? Es interesante reflexionar en la expresión “países productores de petróleo”, ya que nunca nadie consiguió producir petróleo. Estamos hablando de un bien natural que está estoqueado, de su extracción y de su uso para una serie de actividades importantes para la humanidad. Sin embargo, no debemos olvidar que estamos dejando menos cantidad de este bien natural para las generaciones futuras.
La disminución del acceso a los bienes gratuitos es otro buen ejemplo; de hecho, cuando las playas son gratuitas no hacen aumentar el PBI. Las empresas que restringen nuestro usufructo de bienes naturales logran aumentar el PBI. Tenemos una vida más pobre, pero un PBI mayor.
Otra gran deformación de la cuenta del PBI es que no toma en cuenta el tiempo de las personas. Y así, podríamos citar varios ejemplos más que demuestran que el PBI mide un aspecto muy limitado, como es el flujo del uso de medios de producción.
De cierta manera mide la velocidad de la máquina, no mide para dónde vamos, no responde a los problemas esenciales que queremos acompañar: ¿qué estamos produciendo?, ¿con qué costos?, ¿con qué perjuicios (o ventajas) ambientales?, ¿para quién? No tiene sentido aumentar la velocidad sin saber para dónde vamos. De hecho, cuentas incompletas son cuentas erradas.
Es importante saber que el PBI está relacionado con una política económica adoptada después de la Segunda Guerra Mundial, donde las grandes economías quedaron devastadas, entonces privilegia el crecimiento económico a cualquier costo.Sin embargo, “crecer por crecer es la filosofía de la célula cancerígena”.
Actualmente, países que muchos llaman “desarrollados” están tratando este asunto. Así podemos citar el caso de Francia, donde por iniciativa de su presidente Nicolás Sarkozy fue creada la Comisión Stiglitz (lleva el nombre del presidente de la comisión, Joseph Stiglitz), aunque oficialmente se denomina: “Comisión de medida de la performance económica y del progreso social”, y tiene como objetivo desarrollar una reflexión sobre cómo se puede evitar un enfoque demasiado cuantitativo, demasiado contable de la medición de nuestras performances colectivas, y de elaborar nuevos indicadores de riqueza.
Tal vez uno de los mayores desafíos que este proceso enfrenta es la legitimación de nuevos indicadores. Además, es importante saber que no será simple el abandono del PBI; antes habrá progresivos cambios en la sociedad, intentando adaptarse a nuevos paradigmas, que son fundamentales, tanto desde un punto de vista social como medio-ambiental.

Más informaciones: http://dowbor.org/

Data: 17-08-2009