Una reflexión sobre '''Rio+20''' y probables horizontes
Rio+20 no fue un fracaso, en gran medida gracias al liderazgo e iniciativa de los actores locales.
No fue fácil elegir un título para este texto. Estamos hablando de un evento de enormes dimensiones y de un tema de tamaña importancia y complejidad. En Rio+20, Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, se buscó promover un amplio debate sobre el estado del mundo y las direcciones actuales de nuestra civilización, tratando de articular los objetivos de los diferentes actores sociales y buscar, en la medida de lo posible, acuerdos que permitan poner en práctica el objetivo común de avanzar en la construcción de una sociedad políticamente participativa, socialmente justa, económicamente próspera y ambientalmente sustentable.
Frente a los desafíos cada vez más complejos a los cuales nos enfrentamos, se torna necesario abrir espacio para más y nuevos actores, descentralizando los procesos decisorios, promoviendo comunidades más participativas y creativas y fomentando acciones efectivas, como agujas de acupuntura, que impacten directamente en la calidad de vida de las personas y en la búsqueda de soluciones a los problemas socio-ambientales.
Mi misión en Rio+20 fue participar de los espacios relacionados a la agenda de los gobiernos locales, es decir, lo relativo a ciudades y territorios.
En este sentido las ciudades y territorios son un excelente espacio de transformación, es allí donde vive actualmente más de la mitad de la humanidad, y en países como Argentina y Brasil, ese valor supera el 80%. En la ciudad las personas tienen posibilidades de participar efectivamente e incidir en las decisiones que definen el rumbo de su desarrollo. Para Ban Ki-moon, cada país es una suma de ciudades "y las soluciones pasan por los gobiernos locales”. Según él, la mayor parte de los problemas relacionados a la sustentabilidad se manifiestan exactamente en las ciudades, y por eso es en las ciudades dónde deben surgir las soluciones para los problemas. Esta declaración fue realizada en un evento organizado por ICLEI – Gobiernos locales por la sustentabilidad, una asociación global de gobiernos locales que defienden acciones relacionadas al desarrollo sustentable – en el Parque de los Atletas.
Mientras que recibía noticias desalentadoras del proceso de negociaciones oficiales que se dio lugar en Rio Centro (a una hora aproximadamente del centro de la ciudad de Rio de Janeiro y a pocos metro del Parque de los Atletas), aprendía, conversaba y sobre todo, me sorprendía, con diversos actores del ámbito local que están colocando en práctica las visiones deseables, documentos y acuerdos globales no consensuados que siguen siendo discutidos por negociadores de gobiernos nacionales y organismos multilaterales.
Algunas ciudades ya están generando su propia energía de forma descentralizada y por fuentes renovables e incentivando a sus proveedores para que también lo hagan, se está promoviendo el aumento de la eficiencia energética de las construcciones y otros procesos urbanos, disminuyendo costos, minimizando los desperdicios y ayudando a preservar recursos naturales, la calidad del agua y del aire.
Muchas ciudades están apostando a la agricultura orgánica urbana y periurbana, buscando su resiliencia, aumentando la seguridad alimentaria de sus poblaciones y las áreas verdes disponibles y promoviendo nuevos puestos de trabajo.
Con el objetivo de mejorar la movilidad y la salud de las personas en los centros urbanos, ciudades están trabajando duro para transformarse en “Bike Friendly” (amigas de la bicicleta), invirtiendo en sistemas de transporte público eficientes y de calidad y restringiendo el uso de transporte individual motorizado.
Los patrones actuales de producción y consumo insustentables representan otro de los grandes desafíos que enfrentamos. Procesos que fueron pensados de manera lineal, sin considerar el comportamiento de los ecosistemas, ni las externalidades socio-ambientales que generan, evidentemente precisan ser repensados. En ese sentido, las ciudades tienen un papel clave para estudiar estos procesos y rediseñarlos. Nuevas métricas que reflejen la complejidad y no tan sólo la dimensión económica, son elementos fundamentales para promover procesos gana-gana.
Muchas ciudades ya establecieron como meta convertirse en “zero waste” o residuos cero. Una meta ambiciosa, pero posible. Ya existen ejemplos concretos de ciudades que están consiguiendo reintroducir más del 70% de los residuos en diversos sistemas productivos, cerrando ciclos, disminuyendo la necesidad de extracción de recursos naturales y de esa manera, la presión sobre los ecosistemas. Esto nos lleva a imaginar que el modelo de negocios de algunas empresas, como las de minería, no estará centrado en explotar y extraer recursos, sino en reciclar los ya existentes y reintroducirlos en los diversos sistemas productivos.
El agua es un elemento esencial para la vida y las ciudades tienen un papel fundamental en lo que respecta al tratamiento y suministro de agua para las poblaciones. Algunas ciudades localizadas en una misma cuenca hidrográfica entendieron que necesitan planear el territorio de forma conjunta. Este proceso puede involucrar ciudades de países distintos, que deben pensar, discutir, planear y decidir sobre un mismo recurso natural que las une.
Para Boaventura de Sousa Santos “no hay ciudades sustentables sin desarrollo sustentable. Y no hay desarrollo sustentable con la obsesión de crecimiento infinito y de consumo desenfrenado.” El Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra participó del panel “Ciudades Sustentable – Oportunidades para emprendedores sociales” que reunió más de 600 personas en el Fuerte de Copacabana. En este mismo evento, agregó, “La ciudades presentan grados de desigualdad enormes y eso viene siendo revelado por el trabajo de la sociedad civil, como es el caso de las iniciativas de la Red Latinoamericana por Ciudades y Territorios Justos, Democráticos y Sustentables.” Defendió también el concepto de “ecología de la productividad” en las ciudades y dijo “estamos en sociedades capitalistas, claro, pero precisamos proteger y promover economías solidarias. Las personas precisan estar involucradas, no hay ciudad sustentable sin involucramiento sustentable”.
Ciudades más resilientes y responsables por los recursos consumidos, ciudades más éticas, justas e igualitarias, ciudades más creativas y promotoras de diversidad, ciudades hermanas, ciudades que intercambian y colaboran, en definitiva, ciudades sustentables, pueden además, ser inductoras de procesos de paz duraderos.
Rio+20 dejó en evidencia que muchas ciudades están actuando de manera participativa, ágil y eficiente, transformándose en actores claves y líderes de un proceso de transformación global en busca del desarrollo sustentable. Redes de ciudades se están consolidando para acelerar este proceso, alterando significativamente las características de la gobernanza planetaria y al mismo tiempo la realidad de las poblaciones locales. Esto representa grandes oportunidades, y a su vez grandes desafíos. “El juego de la Sustentabilidad se va a decidir en las ciudades” afirmó Oded Grajew en el panel de “Ciudades Sustentables e Innovación” de los Diálogos por el Desarrollo Sustentable, iniciativa del gobierno brasilero durante la Rio+20 que reunió más de dos mil personas en plenario de Rio Centro.